Omar piensa que es el hijo del mar y por eso, poco a poco, va descubriendo que posee extraños y espectaculares poderes: puede respirar bajo el agua, su brazo es una pinza como la de los cangrejos, habla con las olas y los peces… pero, de pronto, empiezan los problemas y se ve obligado a luchar contra los conjuros diabólicos de un brujo para poder recuperar el amor de su novia. Y es que, en esta novela, amor y aventuras se dan la mano para enganchar al lector y llevarlo hasta la sorpresa final: el gran susto que unirá prodigiosamente el pasado con el presente.