A pesar de las críticas recibidas en su tiempo, el libro de Murray ofrece un especial interés desde un punto de vista histórico y costumbrista. Su principal mérito estilístico está en su visión de pintora obsesionada por el color y la composición: detalladas descripciones de los personajes que conoce, el maquillaje, las casas, los vestidos y los adornos domésticos.