El nombre genérico de «relatos funestos» viene dado porque en cada uno de ellos se da un caso dramático, triste, o, simplemente, funesto.
Desde el primero, «La Corbata», hasta el último, no puede encontrarse correlación entre los distintos cuentos, porque todos los hechos relatados, aun habiendo ocurrido, lo fueron en épocas distintas de la vida del autor, o están basados en historias oídas a terceros, como es el caso del primero, «La Corbata».
Otros están extraídos de experiencias personales de amigos o conocidos. Pero, en resumen, lo que se trata de hacer llegar al lector es una parte de la vida diaria de sus protagonistas. A cualquiera de nosotros podría habernos ocurrido algo similar.