En 1970 Luis León Barreto fue primer finalista del premio Sésamo de novela corta. Estamos abriendo caminos en la noche, el texto con el que disputó la votación final –que perdió por el estrecho margen de 3 votos contra 2– fue rechazado por la censura por tratar de la «juventud politizada y sexualizada» de aquella época. Manuel Vicent y Héctor Vázquez Azpiri fueron los valedores y, si bien el libro nunca se editó, constituyó el germen de Ulrike tiene una cita a las 8, la primera novela de este fecundo autor, uno de los miembros más activos y con mayores registros de la generación del 70. ¿Quién es Ulrike? Esta sugerente figura de mujer arrastra claves y símbolos. El personaje actúa como idealización del viejo fantasma de la libertad en esta búsqueda en la que se entrecruzan el mundo rural y el mundo urbano, el despertar de la conciencia crítica de un país frente a circunstancias sociopolíticas adversas, la presencia turística y la pasión de una juventud que aspiraba a comerse el mundo. Un entusiasta trabajo de Rosa María Pereda en la primera página del diario Informaciones de Madrid saludó la aparición de este libro, exponente de la nueva sensibilidad literaria de los jóvenes autores de la época, su afán de ruptura. Al año siguiente de ser publicado obtuvo el Premio Pérez Galdós de novela.